lunes, 7 de julio de 2008

Limitado: La carrera por el dolor de cabeza

Siguiendo en mi línea de “artículos” (así se empeña en llamarlo la gente que lo lee) creados a `partir del mas absoluto aburrimiento y soponcio creo esto… Más que para que disfrutéis de la lectura del mismo para matar los 15 minutos que va a ocupar mi hermano el baño para que yo pueda disfrutar de mi baño diario. Así que ahí va… Abrochaos los cinturones de seguridad, porque estamos a punto de entrar en velocidad absurda (un minipunto para el que pille el guiño).

Todo comienza temprano, tan temprano que aun no se ha despedido de ti el sabor a cerveza y cenicero. Tus parpados pesan como si un jodido mono hubiese decidido balancearse en ellos. Te arrepientes de haber cogido los álbumes con cambio, un termo de café seguramente seria más útil en este caso. Pero ahí estas tu, delante de tu tienda habitual (una a la que no has ido en tu vida y de nombre impronunciable) con algún que otro conocido que se acerca a ti hablándote de algo llamado “spoiler” y un montón de niños con mas energía que el conejito de Duracel en el rodaje de una película para adultos (y no me refiero a Alien).

Entras en la tienda y para tu sorpresa sigue colgado el cartel de “prohibido fumar” que encontraste en el evento anterior, y el otro, y el otro… Otro día mas cagándote en el tal síndrome de abstinencia o en el mono que cuelga de tus parpados (he, eso ha sido un intento de juego de palabras?), te acercas al mostrador y pagas al tendero de turno (que por suerte para mi no soy yo en este articulo) y te sientas con tu mazo y sobres rezando para que no salga ninguna carta foil para así poder mantener tus retinas en su pose habitual durante un rato mas.

Ahí empieza lo peor, sin darte cuenta un grupo de niños que rondan entre los 12-15 años te rodea de tal forma que haría sonrojar a cualquier cuerpo de elite de las películas americanas, cada uno con su mazo y sobres deseoso de gritar a los cuatro vientos las cartas tan cojonudos que les han salido y no habían visto antes (momento para recordarle a tu colega del principio que a quien tiene de nombrarle el spoiler a estos, no a ti). Gritan, ríen, comentan las cartas, preguntan si se tienen de quedar las tierras… Hasta que tu levantas la vista de tus cartas y les mandas a freír espárragos (por no decir que mentas a su madre y a todos sus ancestros).

Apuntas las cartas y vas a fumarte un cigarro seguido de tres o cuatro cafés dobles, a los 20 minutos vuelves un poco mas despierto y un poco mas cabreado porque te han clavado mas de 1’50 € por cada café.

Los niños siguen gritando y haciendo el tonto mientras tu te sientas en una silla esperando el momento en que un meteorito del tamaño de Texas (todos los meteoritos del universo tienen el tamaño de ese estado, los científicos de Madagascar lo constatan). El meteorito no llega, pero si las cartas para poder construirte el mazo de turno… Vuelve el sistema de antes, de alguna forma inexplicable te rodean y empiezan a gritar y bailar como si de un hobbit con un par de cervezas de mas se trataran.

Entonces llega el momento en que te arrepientes de haber venido a jugar este maldito torneo. Un niño rubio, con pecas y tirantes viene y te pregunta: “Señor, por que no me han dado las cartas de antes?” a lo cual, tu seguramente responderás: “Por la misma razón que Santa Claus no existe y la madre de Bambi muere: Los masones son el cáncer de nuestra sociedad”. El niño seguramente se te quedará con cara de kiwi y se largara, si vuelve a preguntártelo dile la verdad, que es el próximo objetivo de la mafia japonesa y tiene de salir corriendo del país (si es necesario ofrécete para proporcionarle dinero para el transporte).

Y ahí te encuentras tú, con tu mazo preparado para ser humillado y con ganas de que las 7 o 8 rondas que dura el maldito torneo sean rápidas y con pausa para comer. Pero no, el cosmos aun se reserva un as en la manga y decide gastarte otra broma cósmica haciéndote jugar contra uno de esos niños que tanto odias.

La partida por lo general es fácil, pero algo en tu cabeza empieza a darte martillazos como si estuvieran conectando las vías del AVE Barcelona-Tu cabeza. El niño es escandaloso con ganas, y encima tienes de aguantar a su padre explicándote la importancia que supone para este tipo de juegos los nuevos jugadores (son importantes, siempre y cuando yo no tenga resaca).

Y así pasas el día, con un dolor de cabeza directamente proporcional al alcohol ingerido la noche anterior y la cantidad de niños que te cruzas durante el torneo. Pero lo peor llega cuando tu novia entra en la tienda para iros los dos a cenar o a tomar una cerveza y ve a esos chavales ilusionados con sus cartitas nuevas y relucientes, y con cara de perro de Scotex (todos sabéis a que me refiero) te suelta: No te gustaría tener a uno de estos para poder enseñarle a jugar a las cartitas?

Entonces te das cuenta de dos cosas:

1. No querrás tener hijos en tu vida.

2. Tu novia quiere matarte lenta y dolorosamente.


Y hasta aquí el capitulo de hoy, ya me jodería haber leído hasta aquí esta sarta de gilipolleces.

2 comentarios:

Uno Cualquiera dijo...

Aun a riesgo de parecer pesado te insto a escribir entre 3 y 27 articulos diarios, tomar esa medida sera satisfactoria para todos tus lectores (en el caso de que no seamos solo un fruto de tu imaginacion, por supuesto) y seguro que te es debidamente agradecido con una muestra de nuestra indeferencia hacia ellos. Ten por seguro que tampoco haremos gala de presencia a la hora de hacer comments, que da pereza (si tienes que culpar a alguien de esto que sea al sistema antibots que disuade que da gusto).

Un saludo de un lector agradecido.

sajarov dijo...

Me parece muy bueno tu blog, me gusta el tono "ácido" de tus artículos. si te interesa podríamos "hipervincularnos", es decir, pongo un link a tu blog en el mío y tu a cambio haces lo mismo.
Dime qué te parece la idea.
Mi blog es:
http://magicnomola.blogspot.com
Un saludo.
S.