Cada día me veo obligado a cruzarme con personas que predican sobre la tolerancia y no son capaces de ponerse en el lugar de otros. Me veo obligado a aguantar risas y cotilleos cada vez que expreso mis aficiones de gente que después se estremece cuando les nombras el nazismo. Freak, bicho raro, infantil… Son los adjetivos que siguen mi nombre de gente que no entiende mis hobbies.
Cuando me ven abriendo un sobre de cartas se preguntan cuando dejare de comprarme cromitos, cuando me intereso por un juego de tablero me dicen que ya va siendo hora de dejar la oca y cuando leo un comic tengo de aguantar al clásico que dice que lea “buena literatura”, que una cosa llena de dibujos no puede ser buena, desconocedor del material al que tengo acceso y el no, porque su forma de ver el mundo le prohíbe abrir un comic que no sea las tiras cómicas de los periódicos.
Me llaman bicho raro por gastarme parte de mi sueldo en papel impreso, alegando únicamente que es infantil un tebeo… Sin siquiera saber que esa película de acción tan entretenida y repleta de efectos especiales llamada X-men esta basada en una de las sagas de comic mas apasionantes que hemos conocido.
“Somos lo que leemos” vi una vez en una librería. Repleta de libros de texto para universitarios de la carrera de derecho, magisterio, historia… Me alegro de ser lo que leo, eso significa que me espera un futuro apasionante. Si ves a alguien en el metro leyendo un libro sobre leyes seguramente será abogado, si es de anatomía lo mas probable es que su futuro sea de medico. Pero que pasaría si encontramos un chico leyendo un comic en una plaza? Ese chico puede elegir el futuro que quiera, tanto podrá ser abogado como médico, ingeniero o incluso matemático. Pero también podrá ser un agente de la CIA, profesor, técnico de efectos especiales, director, cantante, bombero, policía, podría llegar a ser presidente o gimnasta olímpico, no estaría mal acabar siendo piloto de caza o incluso trabajar para la NASA. A ese chico le espera el futuro mas maravilloso que podría encontrar, gracias a leer algo que los demás piensan que es infantil.
Por eso, por disfrutar con algo tan simple como es la lectura en una época que los demás consideran esta actividad como tediosa, por recordarme a mi mismo que no todo son miserias y evadirme en un mundo de fantasías sin limites en el propio salón de mi casa día tras día, por sentirme como el día de Navidad de hace tantos años cuando llego a la librería y veo el nuevo numero de mi serie favorita, por sentir que todo es posible en mi imaginación… Por eso doy gracias. Gracias a todos estos genios que consiguen hacerme sonreír con una simple viñeta, por hacer que sea de los pocos en mi generación que se funden el cerebro delante de la tele, por hacer que mi vida sea más amena pagina tras página. Gracias.
Grito y mantengo, una vez más, que si ser un bicho raro es ser lo que leo, me alegro de que usen este apelativo conmigo. Porque, como he dicho, a mi y a los que son como yo nos espera el futuro que nosotros queramos encontrar.
miércoles, 23 de julio de 2008
viernes, 18 de julio de 2008
Escena 8: Toma 3
[La cámara da una vuelta a la habitación, dejando ver a un chico con barba de tres días tumbado sobre un incomodo sofá. Tras el cabezal del sofá un hombre robusto de mediana edad sostiene una carpeta con una hoja de papel sobre ella]
Friki X: No recuerdo exactamente como ocurrió… Aquel día perdí toda mi inocencia, me convertí en un monstruo…
Doctor: Tomas drogas?
X: Antes tal vez si, o tal vez no… Los recuerdos son confusos y de poca nitidez.
D: [Anota algo ilegible en la hoja de papel, mientras se entretiene ha dibujar una chica semidesnuda en el centro del aun blanco papel] Cuénteme pues como ocurrió.
[Se funde la imagen con tonos grises y encontramos a un chiquillo de corta edad mirando las estanterías de una tienda repleta de cómics, replicas de espadas de alguna película épica y muñecos de superhéroes]
Chico: Mira papa! Me compras eso?
Padre: No.
Ch: Y esto?
P: No.
[El carácter severo y chapado a la antigua del progenitor de la criatura hacían mella en el chiquillo de corta edad, su cara se entristecía poco a poco dejando ver una mueca de dolor]
Ch: Nunca me compras nada!
P: Nunca apruebas matemáticas…
X: [Voz en OFF, fundiéndose con la escena] Entonces ocurrió, todo empezó en aquel preciso instante… Nunca me perdonare haber sucumbido a algo tan bajo como eso…
[El chiquillo alza un sobre, de contenido aun sin revelar, que prometía en su interior 15 cartas]
Ch: Y cromos papa? Puedo comprarme cromos?
[El tendero del establecimiento entra en escena, luciendo una cuidada perilla y camiseta de algún grupo de música de los 80]
Tendero: No son exactamente cromos, aunque puedes coleccionarlos. Es un juego de cartas.
P: Una baraja española?
T: Me temo que no, es una…
P: [El padre le corta, con tono indignado] No pienso dejar que mi hijo juegue a esa cosa del póker, los corazones harían que mi hijo se volviera marica o algo peor!
Ch: Pero para, si ya soy marica!
P: Quien te ha dicho eso?! Ninguno de mis hijos será un engendro de la naturaleza!
Ch: El vecino Juan, el me enseño a jugar a “sal del armario desnudo” ^^
T: [Cansado de presenciar la escena interviene, intentando dar paz y cordura a los mal avenidos padre e hijo] Pues como decía… Ejem… Esto es un juego de estrategia…
Ch: Como el juego de la Oca?
T: Mas bien como el ajedrez. Se ambienta en una época medieval, y se trata de derrotar a tu oponente con los hechizos mas poderosos que tengas y…
P: Eso uno de esos juegos de rol?
T: No… El Magic no es rol, es simple estrategia.
P: Pero hay bichos raros y dados y esas cosas, no?
T: Si, eso si… Pero nunca interpretas un personaje, por lo tanto no podría ser considerado…
P: [Cortando en seco al amable tendero] No quiero que mi hijo se dedique a matar gente en una parada de autobús!
T: Eso no son más que estereotipos que los medios han querido imponer sobre la gente que juega a estas cosas… Es como la imagen que tienen en el extranjero sobre los españoles: Todos los españoles seriamos gitanos y comeríamos paella incluso en el desayuno.
P: [Visiblemente enfadado] Me estas llamado gitano?!
T: Ni mucho menos… Solo quería demostrarle que…
[La escena vuelva a fundirse en tonos grises, volvemos a la habitación anterior]
D: Entonces, así comenzó todo…
X: Sí… Estoy muy arrepentido de haber descubierto este juego…
D: [La cámara enfoca al papel que posee el doctor, mostrando unas cuentas notas y el dibujo de la chica semidesnuda terminado] Esta bien, siga…
X: Esta bien, lo intentaré.
[Volvemos a la tienda de cómics, esta vez con fundido en rojo y negro]
P: [Salta el mostrador agarrando al tendero por el cuello de la camisa. El chico, ajeno a la escena, con cara de indiferencia se dedica a abrir sobres de cartas] Pienso partirte las piernas como vuelvas a llamarme gitano!
T: [Asustado, intentando controlar la situación] Sálvame Superman!
P: De que demonios hablas?
[En ese preciso instante, una espada que antes adornaba una de las paredes del establecimiento es clavada en la garganta del padre ahogando sus últimas palabras en gemidos guturales. El cuerpo sin vida del padre cae al suelo, y deja ver la figura de su propio hijo aun aguantando la espada y una carta en la otra mano].
T: Pero que demonios…?!
Ch: Vale, según esta carta destruyo una criatura… Y ahora que? He ganado?
===================
Dedicado a todas aquellas personas que creían que íbamos a volvernos maniacos homicidas por jugar a un simple juego de cartas.
Friki X: No recuerdo exactamente como ocurrió… Aquel día perdí toda mi inocencia, me convertí en un monstruo…
Doctor: Tomas drogas?
X: Antes tal vez si, o tal vez no… Los recuerdos son confusos y de poca nitidez.
D: [Anota algo ilegible en la hoja de papel, mientras se entretiene ha dibujar una chica semidesnuda en el centro del aun blanco papel] Cuénteme pues como ocurrió.
[Se funde la imagen con tonos grises y encontramos a un chiquillo de corta edad mirando las estanterías de una tienda repleta de cómics, replicas de espadas de alguna película épica y muñecos de superhéroes]
Chico: Mira papa! Me compras eso?
Padre: No.
Ch: Y esto?
P: No.
[El carácter severo y chapado a la antigua del progenitor de la criatura hacían mella en el chiquillo de corta edad, su cara se entristecía poco a poco dejando ver una mueca de dolor]
Ch: Nunca me compras nada!
P: Nunca apruebas matemáticas…
X: [Voz en OFF, fundiéndose con la escena] Entonces ocurrió, todo empezó en aquel preciso instante… Nunca me perdonare haber sucumbido a algo tan bajo como eso…
[El chiquillo alza un sobre, de contenido aun sin revelar, que prometía en su interior 15 cartas]
Ch: Y cromos papa? Puedo comprarme cromos?
[El tendero del establecimiento entra en escena, luciendo una cuidada perilla y camiseta de algún grupo de música de los 80]
Tendero: No son exactamente cromos, aunque puedes coleccionarlos. Es un juego de cartas.
P: Una baraja española?
T: Me temo que no, es una…
P: [El padre le corta, con tono indignado] No pienso dejar que mi hijo juegue a esa cosa del póker, los corazones harían que mi hijo se volviera marica o algo peor!
Ch: Pero para, si ya soy marica!
P: Quien te ha dicho eso?! Ninguno de mis hijos será un engendro de la naturaleza!
Ch: El vecino Juan, el me enseño a jugar a “sal del armario desnudo” ^^
T: [Cansado de presenciar la escena interviene, intentando dar paz y cordura a los mal avenidos padre e hijo] Pues como decía… Ejem… Esto es un juego de estrategia…
Ch: Como el juego de la Oca?
T: Mas bien como el ajedrez. Se ambienta en una época medieval, y se trata de derrotar a tu oponente con los hechizos mas poderosos que tengas y…
P: Eso uno de esos juegos de rol?
T: No… El Magic no es rol, es simple estrategia.
P: Pero hay bichos raros y dados y esas cosas, no?
T: Si, eso si… Pero nunca interpretas un personaje, por lo tanto no podría ser considerado…
P: [Cortando en seco al amable tendero] No quiero que mi hijo se dedique a matar gente en una parada de autobús!
T: Eso no son más que estereotipos que los medios han querido imponer sobre la gente que juega a estas cosas… Es como la imagen que tienen en el extranjero sobre los españoles: Todos los españoles seriamos gitanos y comeríamos paella incluso en el desayuno.
P: [Visiblemente enfadado] Me estas llamado gitano?!
T: Ni mucho menos… Solo quería demostrarle que…
[La escena vuelva a fundirse en tonos grises, volvemos a la habitación anterior]
D: Entonces, así comenzó todo…
X: Sí… Estoy muy arrepentido de haber descubierto este juego…
D: [La cámara enfoca al papel que posee el doctor, mostrando unas cuentas notas y el dibujo de la chica semidesnuda terminado] Esta bien, siga…
X: Esta bien, lo intentaré.
[Volvemos a la tienda de cómics, esta vez con fundido en rojo y negro]
P: [Salta el mostrador agarrando al tendero por el cuello de la camisa. El chico, ajeno a la escena, con cara de indiferencia se dedica a abrir sobres de cartas] Pienso partirte las piernas como vuelvas a llamarme gitano!
T: [Asustado, intentando controlar la situación] Sálvame Superman!
P: De que demonios hablas?
[En ese preciso instante, una espada que antes adornaba una de las paredes del establecimiento es clavada en la garganta del padre ahogando sus últimas palabras en gemidos guturales. El cuerpo sin vida del padre cae al suelo, y deja ver la figura de su propio hijo aun aguantando la espada y una carta en la otra mano].
T: Pero que demonios…?!
Ch: Vale, según esta carta destruyo una criatura… Y ahora que? He ganado?
===================
Dedicado a todas aquellas personas que creían que íbamos a volvernos maniacos homicidas por jugar a un simple juego de cartas.
jueves, 10 de julio de 2008
Limitado: La carrera por el estrés ajeno
Siguiendo en mi línea de “artículos” (así se empeña en llamarlo la gente que lo lee) creados a partir del mas absoluto aburrimiento y soponcio creo esto… Más que para que disfrutéis de la lectura del mismo para matar los 15 minutos que va a ocupar mi hermano el baño para que yo pueda disfrutar de mi baño diario. Así que ahí va… Abrochaos los cinturones de seguridad, porque estamos a punto de entrar en velocidad absurda (un minipunto para el que pille el guiño).
Todo empieza tarde, tan tarde que ya se te ha secado el pelo por el baño que tu madre te ha obligado a darte antes de salir de casa. Tienes los ojos bien abiertos, estas maravillado por todo lo nuevo que presencias. Miras tu mochila de Naruto, ahí tienes todas tus cartas y el bocata de mortadela con aceitunas que te ha preparado tu abuela la noche anterior. Ahí estas tu, delante de una tienda a la que has ido un par de veces a comprarte un mazo y alguna cosa mas que ahora mismo no recuerdas que utilidad puede tener. A la lejanía ves como un tío, con barba de varios días y mala cara (aun ocultándola con gafas de sol) se acerca a la tienda y tiene una corta conversación con alguien que parece conocer, después os mira a ti y a los chicos que tienes a tu alrededor y pone cara extraña… Tú sigues a lo tuyo, sigues saltando de alegría a la espera de entrar.
Por fin entras a la tienda, y ves un cartel que te indica que no puedes consumir ningún tipo de comida y/o bebida en el establecimiento… Ya te han fastidiado tu plan de poder comerte un helado de chocolate mientras juegas a las cartitas y aprendes algunas cosas nuevas de paso. Te acercas al mostrador, levantas orgulloso tu cartera de propaganda que te regalaron los de la frutería de debajo de tu casa y depositas en el mostrador y dejas sobre el todas las monedas que has reunido juntando la paga y lo que se le cae a tu padre en el sofá. El tendero te mira con los ojos bien abiertos, parece molesto por algo y no sabes el que… Tu le aseguras que no hace falta que lo cuente, que aunque sean monedas de 20 céntimos ahí tiene los X (inserte aquí el valor de una presentación en su tienda habitual) que vale la inscripción al torneo. Te sientas en la primera silla que ves y abres los sobres rápidamente esperando encontrar una de esas cartas brillantes que tanto molan.
Mientras abres los sobres ves como el tío de la barba y las gafas de sol se sienta cerca de ti, y cabizbajo se pone a hacer lo mismo que tu… Parece sentirse solo por la cara de asco que pone, así que decides ir a la mesa donde esta el para ver si lo animas un poco… Lo divertido es que parece que los chicos que te habías encontrado en la puerta han tenido la misma idea y se sientan en la misma mesa! Que compañerismo hay en estos juegos! Empiezas a enseñar las cartas a los chicos que tienes alrededor. Algunos gritan mas que tu, pero por suerte tienes energías y voz para horas, así que intentas quedar por encima de ellos. Hasta que el tío de la barba grita algo de unos espárragos (o de la madre de no-se-que-hijo-de-una-maldita cabra, no lo entiendes muy bien).
Una vez has apuntado las cartas sales de la tienda y ves a tu padre sentado, esperándote, en el bar de al lado. Te regaña porque has dejado la mochila con tus cartas dentro, así que vuelves un poquito malhumorado, pero no dejaras que te chafen el día.
Una vez dentro vuelves a encontrarte con tu nuevo grupo de amigos recién conocidos, y empiezas a imitar las coreografías que has visto en la peli de 300 y te fijas que en una silla esta el chico de antes… Este tío es un muermo, ni siquiera habla con los demás a menos que se le acerquen. Si no le gusta que se quede en casa, que aquí la gente viene a divertirse.
Por fin te devuelven las cartas! Pero cuidado! Alerta! No son las mismas cartas que tenias antes! Te acercas al tío de la barba, ya que parece que habéis hecho buenas migas, para a ver si soluciona este problema. Decidido le preguntas: “Señor, por que no me han dado las cartas de antes?” a lo cual, el responde algo muy raro: “Por la misma razón que Santa Claus no existe y la madre de Bambi muere: Los masones son el cáncer de nuestra sociedad” (Santa Claus no existe?! Quien demonios es Bambi?. Pones una cara rara, parecida a una fruta... Pero vuelves a insistir, tal vez es que en el fondo es un gracioso. Pero el, con tono asustado te contesta que eres el próximo objetivo de la mafia japonesa y tienes de salir corriendo del país. Te asustas un poco, supongo que te lo vio en la cara, por eso te ofrece dinero para el autobus... Que amable es, ahora te arrepientes de haber deseado que no viniese. Pero como tu padre esta fuera, velando por ti, decides continuar en tu país (eres más valiente que una gacela herida).
Y ahí estas tu, con tu mazo de cinco colores (porque no habrá un sexto? Así tendríamos mas variedad!) preparado para comerte el mundo. Sale una lista con un montón de nombres y números, el tendero te dice que tienes de encontrar tu nombre y el número al lado, sentarte en el número de mesa que te toca y esperar a tu oponente. Así que haces lo propio y te sientas ansioso por jugar tu primera partida fuera del patio del colegio. Que suerte! Veo que delante de mi se sienta el tío de antes! El de la barba! Que raro, no paras de cruzártelo... Será un esbirro de la mafia japonesa? Por suerte entra tu padre para verte jugar... Mejor, si intenta algo le dará una zurra como las que te da cuando suspendes matemáticas.
La partida es muy difícil, el de la barba lo hace todo muy rápido y no me entero de nada... Solo me dice “pierdes X vidas”, “ese bicho esta muerto”, “no, no puedes jugar eso ahora”... Pero mi padre me ayuda! Intenta distraerle hablando con el. Parece que lo consigue, deja de estar por las cartas y esta más pendiente de frotarse y agarrarse la cabeza.
Y así pasas el día, divirtiéndote con tus nuevos amigos cantando la banda sonora de High school musical y cambando cartas de esas brillantes que tanto molan. Te fijas en la tienda, ves al de la barba besar a una chica y acto seguido darse cabezazos contra la pared... Al igual han discutido, será mejor marcharse sin despedirse, seria violento.
Te subes al coche, camino a casa con tu padre mientras el te pregunta que tal ha ido el torneo. Pero de repente sucede algo... Se para en un lugar que no es tu casa y te invita a salir del coche mostrándote un restaurante japonés.
“-Vamos, he encargado comida oriental para cenar.”
En ese momento sales corriendo en dirección contraria asustado porque crees que tu padre es un traidor y trabaja contra la mafia! Oyes como te grita, algo como cuidado... Pero segundos después eres brutalmente atropellado por un autobús turístico, de esos de dos plantas a los que siempre has querido subir. Hoy es tu día de suerte! Por fin has estado en uno de esos autobuses!
Todo empieza tarde, tan tarde que ya se te ha secado el pelo por el baño que tu madre te ha obligado a darte antes de salir de casa. Tienes los ojos bien abiertos, estas maravillado por todo lo nuevo que presencias. Miras tu mochila de Naruto, ahí tienes todas tus cartas y el bocata de mortadela con aceitunas que te ha preparado tu abuela la noche anterior. Ahí estas tu, delante de una tienda a la que has ido un par de veces a comprarte un mazo y alguna cosa mas que ahora mismo no recuerdas que utilidad puede tener. A la lejanía ves como un tío, con barba de varios días y mala cara (aun ocultándola con gafas de sol) se acerca a la tienda y tiene una corta conversación con alguien que parece conocer, después os mira a ti y a los chicos que tienes a tu alrededor y pone cara extraña… Tú sigues a lo tuyo, sigues saltando de alegría a la espera de entrar.
Por fin entras a la tienda, y ves un cartel que te indica que no puedes consumir ningún tipo de comida y/o bebida en el establecimiento… Ya te han fastidiado tu plan de poder comerte un helado de chocolate mientras juegas a las cartitas y aprendes algunas cosas nuevas de paso. Te acercas al mostrador, levantas orgulloso tu cartera de propaganda que te regalaron los de la frutería de debajo de tu casa y depositas en el mostrador y dejas sobre el todas las monedas que has reunido juntando la paga y lo que se le cae a tu padre en el sofá. El tendero te mira con los ojos bien abiertos, parece molesto por algo y no sabes el que… Tu le aseguras que no hace falta que lo cuente, que aunque sean monedas de 20 céntimos ahí tiene los X (inserte aquí el valor de una presentación en su tienda habitual) que vale la inscripción al torneo. Te sientas en la primera silla que ves y abres los sobres rápidamente esperando encontrar una de esas cartas brillantes que tanto molan.
Mientras abres los sobres ves como el tío de la barba y las gafas de sol se sienta cerca de ti, y cabizbajo se pone a hacer lo mismo que tu… Parece sentirse solo por la cara de asco que pone, así que decides ir a la mesa donde esta el para ver si lo animas un poco… Lo divertido es que parece que los chicos que te habías encontrado en la puerta han tenido la misma idea y se sientan en la misma mesa! Que compañerismo hay en estos juegos! Empiezas a enseñar las cartas a los chicos que tienes alrededor. Algunos gritan mas que tu, pero por suerte tienes energías y voz para horas, así que intentas quedar por encima de ellos. Hasta que el tío de la barba grita algo de unos espárragos (o de la madre de no-se-que-hijo-de-una-maldita cabra, no lo entiendes muy bien).
Una vez has apuntado las cartas sales de la tienda y ves a tu padre sentado, esperándote, en el bar de al lado. Te regaña porque has dejado la mochila con tus cartas dentro, así que vuelves un poquito malhumorado, pero no dejaras que te chafen el día.
Una vez dentro vuelves a encontrarte con tu nuevo grupo de amigos recién conocidos, y empiezas a imitar las coreografías que has visto en la peli de 300 y te fijas que en una silla esta el chico de antes… Este tío es un muermo, ni siquiera habla con los demás a menos que se le acerquen. Si no le gusta que se quede en casa, que aquí la gente viene a divertirse.
Por fin te devuelven las cartas! Pero cuidado! Alerta! No son las mismas cartas que tenias antes! Te acercas al tío de la barba, ya que parece que habéis hecho buenas migas, para a ver si soluciona este problema. Decidido le preguntas: “Señor, por que no me han dado las cartas de antes?” a lo cual, el responde algo muy raro: “Por la misma razón que Santa Claus no existe y la madre de Bambi muere: Los masones son el cáncer de nuestra sociedad” (Santa Claus no existe?! Quien demonios es Bambi?. Pones una cara rara, parecida a una fruta... Pero vuelves a insistir, tal vez es que en el fondo es un gracioso. Pero el, con tono asustado te contesta que eres el próximo objetivo de la mafia japonesa y tienes de salir corriendo del país. Te asustas un poco, supongo que te lo vio en la cara, por eso te ofrece dinero para el autobus... Que amable es, ahora te arrepientes de haber deseado que no viniese. Pero como tu padre esta fuera, velando por ti, decides continuar en tu país (eres más valiente que una gacela herida).
Y ahí estas tu, con tu mazo de cinco colores (porque no habrá un sexto? Así tendríamos mas variedad!) preparado para comerte el mundo. Sale una lista con un montón de nombres y números, el tendero te dice que tienes de encontrar tu nombre y el número al lado, sentarte en el número de mesa que te toca y esperar a tu oponente. Así que haces lo propio y te sientas ansioso por jugar tu primera partida fuera del patio del colegio. Que suerte! Veo que delante de mi se sienta el tío de antes! El de la barba! Que raro, no paras de cruzártelo... Será un esbirro de la mafia japonesa? Por suerte entra tu padre para verte jugar... Mejor, si intenta algo le dará una zurra como las que te da cuando suspendes matemáticas.
La partida es muy difícil, el de la barba lo hace todo muy rápido y no me entero de nada... Solo me dice “pierdes X vidas”, “ese bicho esta muerto”, “no, no puedes jugar eso ahora”... Pero mi padre me ayuda! Intenta distraerle hablando con el. Parece que lo consigue, deja de estar por las cartas y esta más pendiente de frotarse y agarrarse la cabeza.
Y así pasas el día, divirtiéndote con tus nuevos amigos cantando la banda sonora de High school musical y cambando cartas de esas brillantes que tanto molan. Te fijas en la tienda, ves al de la barba besar a una chica y acto seguido darse cabezazos contra la pared... Al igual han discutido, será mejor marcharse sin despedirse, seria violento.
Te subes al coche, camino a casa con tu padre mientras el te pregunta que tal ha ido el torneo. Pero de repente sucede algo... Se para en un lugar que no es tu casa y te invita a salir del coche mostrándote un restaurante japonés.
“-Vamos, he encargado comida oriental para cenar.”
En ese momento sales corriendo en dirección contraria asustado porque crees que tu padre es un traidor y trabaja contra la mafia! Oyes como te grita, algo como cuidado... Pero segundos después eres brutalmente atropellado por un autobús turístico, de esos de dos plantas a los que siempre has querido subir. Hoy es tu día de suerte! Por fin has estado en uno de esos autobuses!
lunes, 7 de julio de 2008
Limitado: La carrera por el dolor de cabeza
Siguiendo en mi línea de “artículos” (así se empeña en llamarlo la gente que lo lee) creados a `partir del mas absoluto aburrimiento y soponcio creo esto… Más que para que disfrutéis de la lectura del mismo para matar los 15 minutos que va a ocupar mi hermano el baño para que yo pueda disfrutar de mi baño diario. Así que ahí va… Abrochaos los cinturones de seguridad, porque estamos a punto de entrar en velocidad absurda (un minipunto para el que pille el guiño).
Todo comienza temprano, tan temprano que aun no se ha despedido de ti el sabor a cerveza y cenicero. Tus parpados pesan como si un jodido mono hubiese decidido balancearse en ellos. Te arrepientes de haber cogido los álbumes con cambio, un termo de café seguramente seria más útil en este caso. Pero ahí estas tu, delante de tu tienda habitual (una a la que no has ido en tu vida y de nombre impronunciable) con algún que otro conocido que se acerca a ti hablándote de algo llamado “spoiler” y un montón de niños con mas energía que el conejito de Duracel en el rodaje de una película para adultos (y no me refiero a Alien).
Entras en la tienda y para tu sorpresa sigue colgado el cartel de “prohibido fumar” que encontraste en el evento anterior, y el otro, y el otro… Otro día mas cagándote en el tal síndrome de abstinencia o en el mono que cuelga de tus parpados (he, eso ha sido un intento de juego de palabras?), te acercas al mostrador y pagas al tendero de turno (que por suerte para mi no soy yo en este articulo) y te sientas con tu mazo y sobres rezando para que no salga ninguna carta foil para así poder mantener tus retinas en su pose habitual durante un rato mas.
Ahí empieza lo peor, sin darte cuenta un grupo de niños que rondan entre los 12-15 años te rodea de tal forma que haría sonrojar a cualquier cuerpo de elite de las películas americanas, cada uno con su mazo y sobres deseoso de gritar a los cuatro vientos las cartas tan cojonudos que les han salido y no habían visto antes (momento para recordarle a tu colega del principio que a quien tiene de nombrarle el spoiler a estos, no a ti). Gritan, ríen, comentan las cartas, preguntan si se tienen de quedar las tierras… Hasta que tu levantas la vista de tus cartas y les mandas a freír espárragos (por no decir que mentas a su madre y a todos sus ancestros).
Apuntas las cartas y vas a fumarte un cigarro seguido de tres o cuatro cafés dobles, a los 20 minutos vuelves un poco mas despierto y un poco mas cabreado porque te han clavado mas de 1’50 € por cada café.
Los niños siguen gritando y haciendo el tonto mientras tu te sientas en una silla esperando el momento en que un meteorito del tamaño de Texas (todos los meteoritos del universo tienen el tamaño de ese estado, los científicos de Madagascar lo constatan). El meteorito no llega, pero si las cartas para poder construirte el mazo de turno… Vuelve el sistema de antes, de alguna forma inexplicable te rodean y empiezan a gritar y bailar como si de un hobbit con un par de cervezas de mas se trataran.
Entonces llega el momento en que te arrepientes de haber venido a jugar este maldito torneo. Un niño rubio, con pecas y tirantes viene y te pregunta: “Señor, por que no me han dado las cartas de antes?” a lo cual, tu seguramente responderás: “Por la misma razón que Santa Claus no existe y la madre de Bambi muere: Los masones son el cáncer de nuestra sociedad”. El niño seguramente se te quedará con cara de kiwi y se largara, si vuelve a preguntártelo dile la verdad, que es el próximo objetivo de la mafia japonesa y tiene de salir corriendo del país (si es necesario ofrécete para proporcionarle dinero para el transporte).
Y ahí te encuentras tú, con tu mazo preparado para ser humillado y con ganas de que las 7 o 8 rondas que dura el maldito torneo sean rápidas y con pausa para comer. Pero no, el cosmos aun se reserva un as en la manga y decide gastarte otra broma cósmica haciéndote jugar contra uno de esos niños que tanto odias.
La partida por lo general es fácil, pero algo en tu cabeza empieza a darte martillazos como si estuvieran conectando las vías del AVE Barcelona-Tu cabeza. El niño es escandaloso con ganas, y encima tienes de aguantar a su padre explicándote la importancia que supone para este tipo de juegos los nuevos jugadores (son importantes, siempre y cuando yo no tenga resaca).
Y así pasas el día, con un dolor de cabeza directamente proporcional al alcohol ingerido la noche anterior y la cantidad de niños que te cruzas durante el torneo. Pero lo peor llega cuando tu novia entra en la tienda para iros los dos a cenar o a tomar una cerveza y ve a esos chavales ilusionados con sus cartitas nuevas y relucientes, y con cara de perro de Scotex (todos sabéis a que me refiero) te suelta: No te gustaría tener a uno de estos para poder enseñarle a jugar a las cartitas?
Entonces te das cuenta de dos cosas:
1. No querrás tener hijos en tu vida.
2. Tu novia quiere matarte lenta y dolorosamente.
Y hasta aquí el capitulo de hoy, ya me jodería haber leído hasta aquí esta sarta de gilipolleces.
Todo comienza temprano, tan temprano que aun no se ha despedido de ti el sabor a cerveza y cenicero. Tus parpados pesan como si un jodido mono hubiese decidido balancearse en ellos. Te arrepientes de haber cogido los álbumes con cambio, un termo de café seguramente seria más útil en este caso. Pero ahí estas tu, delante de tu tienda habitual (una a la que no has ido en tu vida y de nombre impronunciable) con algún que otro conocido que se acerca a ti hablándote de algo llamado “spoiler” y un montón de niños con mas energía que el conejito de Duracel en el rodaje de una película para adultos (y no me refiero a Alien).
Entras en la tienda y para tu sorpresa sigue colgado el cartel de “prohibido fumar” que encontraste en el evento anterior, y el otro, y el otro… Otro día mas cagándote en el tal síndrome de abstinencia o en el mono que cuelga de tus parpados (he, eso ha sido un intento de juego de palabras?), te acercas al mostrador y pagas al tendero de turno (que por suerte para mi no soy yo en este articulo) y te sientas con tu mazo y sobres rezando para que no salga ninguna carta foil para así poder mantener tus retinas en su pose habitual durante un rato mas.
Ahí empieza lo peor, sin darte cuenta un grupo de niños que rondan entre los 12-15 años te rodea de tal forma que haría sonrojar a cualquier cuerpo de elite de las películas americanas, cada uno con su mazo y sobres deseoso de gritar a los cuatro vientos las cartas tan cojonudos que les han salido y no habían visto antes (momento para recordarle a tu colega del principio que a quien tiene de nombrarle el spoiler a estos, no a ti). Gritan, ríen, comentan las cartas, preguntan si se tienen de quedar las tierras… Hasta que tu levantas la vista de tus cartas y les mandas a freír espárragos (por no decir que mentas a su madre y a todos sus ancestros).
Apuntas las cartas y vas a fumarte un cigarro seguido de tres o cuatro cafés dobles, a los 20 minutos vuelves un poco mas despierto y un poco mas cabreado porque te han clavado mas de 1’50 € por cada café.
Los niños siguen gritando y haciendo el tonto mientras tu te sientas en una silla esperando el momento en que un meteorito del tamaño de Texas (todos los meteoritos del universo tienen el tamaño de ese estado, los científicos de Madagascar lo constatan). El meteorito no llega, pero si las cartas para poder construirte el mazo de turno… Vuelve el sistema de antes, de alguna forma inexplicable te rodean y empiezan a gritar y bailar como si de un hobbit con un par de cervezas de mas se trataran.
Entonces llega el momento en que te arrepientes de haber venido a jugar este maldito torneo. Un niño rubio, con pecas y tirantes viene y te pregunta: “Señor, por que no me han dado las cartas de antes?” a lo cual, tu seguramente responderás: “Por la misma razón que Santa Claus no existe y la madre de Bambi muere: Los masones son el cáncer de nuestra sociedad”. El niño seguramente se te quedará con cara de kiwi y se largara, si vuelve a preguntártelo dile la verdad, que es el próximo objetivo de la mafia japonesa y tiene de salir corriendo del país (si es necesario ofrécete para proporcionarle dinero para el transporte).
Y ahí te encuentras tú, con tu mazo preparado para ser humillado y con ganas de que las 7 o 8 rondas que dura el maldito torneo sean rápidas y con pausa para comer. Pero no, el cosmos aun se reserva un as en la manga y decide gastarte otra broma cósmica haciéndote jugar contra uno de esos niños que tanto odias.
La partida por lo general es fácil, pero algo en tu cabeza empieza a darte martillazos como si estuvieran conectando las vías del AVE Barcelona-Tu cabeza. El niño es escandaloso con ganas, y encima tienes de aguantar a su padre explicándote la importancia que supone para este tipo de juegos los nuevos jugadores (son importantes, siempre y cuando yo no tenga resaca).
Y así pasas el día, con un dolor de cabeza directamente proporcional al alcohol ingerido la noche anterior y la cantidad de niños que te cruzas durante el torneo. Pero lo peor llega cuando tu novia entra en la tienda para iros los dos a cenar o a tomar una cerveza y ve a esos chavales ilusionados con sus cartitas nuevas y relucientes, y con cara de perro de Scotex (todos sabéis a que me refiero) te suelta: No te gustaría tener a uno de estos para poder enseñarle a jugar a las cartitas?
Entonces te das cuenta de dos cosas:
1. No querrás tener hijos en tu vida.
2. Tu novia quiere matarte lenta y dolorosamente.
Y hasta aquí el capitulo de hoy, ya me jodería haber leído hasta aquí esta sarta de gilipolleces.
miércoles, 2 de julio de 2008
Lea atentamente las instrucciones de uso, en caso de duda...
Ya lo dijo un tío muy listo… De esos que salen en los libros de historia y esas cosas que la gente de bien se ha leído alguna vez: Solo hay dos cosas que son infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y de lo primero no estoy seguro . Aquí van algunas instrucciones auténticas que aparecen en las etiquetas de diversos productos de consumo. Lo más triste es que es rigurosamente cierto:
1.- En un secador de pelo de Sears:
NO USAR MIENTRAS SE DUERME. (¡Vaya por Dios! Precisamente el momento del día que suelo dedicar a mi cabello)
2.- En una bolsa de Fritos: ¡PUEDES RESULTAR GANADOR! ¡NO SE REQUIERE NINGUNA COMPRA! ¡BUSCA EN EL INTERIOR! (Lastima que no sean tan enrollados los dependientes)
3.- En una caja de jabón Dial : INDICACIONES: UTILIZAR COMO JABON NORMAL. (¿Y eso cómo es?)
4.- En algunas comidas congeladas Swan: "SUGERENCIA PARA SERVIR: DESCONGELAR PRIMERO." (Pero recuerda, sólo es una sugerencia)
5.- En un hotel que proporcionaba un gorro para la ducha en una caja: VALE PARA UNA CABEZA. (Si sois siameses os jodéis)
6.- En el postre de Tiramisú de la marca Tesco (impreso en la parte de abajo de la caja): NO VOLTEAR EL ENVASE. (¡Oooohhh! ¡Demasiado tarde! ¡Has perdido!)
7.- En el pudding de Mark&Spencer: ATENCION: EL PRODUCTO ESTARA CALIENTE DESPUÉS DE CALENTARLO. (¿Seguro? ¿Experimentamos?)
8.-En un paquete de una plancha Rowenta: NO PLANCHAR LA ROPA SOBRE EL CUERPO. (¿Me estas vacilando?)
9.- En una medicina contra el catarro para niños de Boot: NO CONDUZCA AUTOMOVILES NI MANEJE MAQUINARIA PESADA DESPUÉS DE USAR ESTE MEDICAMENTO (podríamos reducir un montón de accidentes de la construcción si consiguiéramos mantener alejados de las palas excavadoras a esos individuos de 5 años)
10.- En las pastillas para dormir de Nytol: ADVERTENCIA: PUEDE PRODUCIR SOMNOLENCIA (Hombre, ¡eso espero!)
11.- En un cuchillo de cocina coreano: IMPORTANTE: MANTENER FUERA DEL ALCANCE DE LOS NIÑOS Y LAS MASCOTAS. (¿Pero qué clase de mascotas tienen los putos coreanos?)
12.- En una tira de luces de Navidad fabricadas en China: SOLO PARA USAR EN EL INTERIOR O EN EL EXTERIOR. (Si usted vive en otra dimensión dese por jodido)
13.- En los cacahuetes de Sainsbury: AVISO: CONTIENE CACAHUETES. (Me siento engañado)
14.- En un paquete de frutos secos de American Airlines : INSTRUCCIONES: ABRIR EL PAQUETE, COMER LOS FRUTOS SECOS. (Bueno, tengamos en cuenta que en sus aviones viajan personas de muy diferentes culturas y costumbres)
15.- En una sierra eléctrica sueca: NO INTENTE DETENER LA SIERRA CON LAS MANOS O LOS GENITALES (sin palabras)
1.- En un secador de pelo de Sears:
NO USAR MIENTRAS SE DUERME. (¡Vaya por Dios! Precisamente el momento del día que suelo dedicar a mi cabello)
2.- En una bolsa de Fritos: ¡PUEDES RESULTAR GANADOR! ¡NO SE REQUIERE NINGUNA COMPRA! ¡BUSCA EN EL INTERIOR! (Lastima que no sean tan enrollados los dependientes)
3.- En una caja de jabón Dial : INDICACIONES: UTILIZAR COMO JABON NORMAL. (¿Y eso cómo es?)
4.- En algunas comidas congeladas Swan: "SUGERENCIA PARA SERVIR: DESCONGELAR PRIMERO." (Pero recuerda, sólo es una sugerencia)
5.- En un hotel que proporcionaba un gorro para la ducha en una caja: VALE PARA UNA CABEZA. (Si sois siameses os jodéis)
6.- En el postre de Tiramisú de la marca Tesco (impreso en la parte de abajo de la caja): NO VOLTEAR EL ENVASE. (¡Oooohhh! ¡Demasiado tarde! ¡Has perdido!)
7.- En el pudding de Mark&Spencer: ATENCION: EL PRODUCTO ESTARA CALIENTE DESPUÉS DE CALENTARLO. (¿Seguro? ¿Experimentamos?)
8.-En un paquete de una plancha Rowenta: NO PLANCHAR LA ROPA SOBRE EL CUERPO. (¿Me estas vacilando?)
9.- En una medicina contra el catarro para niños de Boot: NO CONDUZCA AUTOMOVILES NI MANEJE MAQUINARIA PESADA DESPUÉS DE USAR ESTE MEDICAMENTO (podríamos reducir un montón de accidentes de la construcción si consiguiéramos mantener alejados de las palas excavadoras a esos individuos de 5 años)
10.- En las pastillas para dormir de Nytol: ADVERTENCIA: PUEDE PRODUCIR SOMNOLENCIA (Hombre, ¡eso espero!)
11.- En un cuchillo de cocina coreano: IMPORTANTE: MANTENER FUERA DEL ALCANCE DE LOS NIÑOS Y LAS MASCOTAS. (¿Pero qué clase de mascotas tienen los putos coreanos?)
12.- En una tira de luces de Navidad fabricadas en China: SOLO PARA USAR EN EL INTERIOR O EN EL EXTERIOR. (Si usted vive en otra dimensión dese por jodido)
13.- En los cacahuetes de Sainsbury: AVISO: CONTIENE CACAHUETES. (Me siento engañado)
14.- En un paquete de frutos secos de American Airlines : INSTRUCCIONES: ABRIR EL PAQUETE, COMER LOS FRUTOS SECOS. (Bueno, tengamos en cuenta que en sus aviones viajan personas de muy diferentes culturas y costumbres)
15.- En una sierra eléctrica sueca: NO INTENTE DETENER LA SIERRA CON LAS MANOS O LOS GENITALES (sin palabras)
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